Las dos primeras semanas del juicio de FTX: de amigos a enemigos, los secretos al descubierto
TL;DR:
- Tres amigos cercanos a SBF testificaron contra él ante el tribunal, sugiriendo que era el responsable intelectual de la quiebra de FTX y Alameda. Dijeron que SBF era realmente consciente de las operaciones entrelazadas y de la mala conducta de FTX y Alameda, y no un empresario ingenuo que "actuó de buena fe", como afirmaba su abogado defensor.
- Durante este tiempo, los 400 millones de dólares que habían sido robados cuando FTX se declaró en quiebra volvieron a moverse de repente.
En el drama judicial que rodea a Sam Bankman-Fried (SBF) se ha desarrollado una historia de lealtades cambiantes y revelaciones sorprendentes. Aliados cercanos del fundador y ex CEO de FTX subieron al estrado y, para conmoción de muchos, parecieron volverse contra el hombre que una vez estuvo al timón de uno de los imperios de criptomonedas más prominentes.
El juicio comenzó con la defensa de SBF presentándole como un empresario visionario que había construido empresas multimillonarias desde cero. Le llamaban "Sam" de forma amistosa, casi cariñosa, haciendo hincapié en sus logros. "Sam no defraudó a nadie", declararon. "Sam actuó de buena fe... No robó ese dinero".
Pero a medida que pasaban los días, empezó a surgir un relato diferente.
Cuando los "aliados" testificaron
Durante las dos últimas semanas, tres personas que en su momento fueron cercanas a SBF fueron citadas al estrado. Entre ellos se encontraban Adam Yedidia, un amigo del MIT que había trabajado de cerca con SBF en FTX; Gary Wang, cofundador y antiguo CTO de FTX; y Caroline Ellison, antigua CEO de Alameda Research.
Fragilidad desde junio de 2022
El testimonio de Yedidia reveló una conversación crucial en la que SBF había admitido que FTX "no era a prueba de balas". Esta franca admisión sugiere que SBF era consciente de los crecientes riesgos financieros de FTX, ya que Alameda tenía en ese momento un pasivo de 8.000 millones de dólares con el exchange.
Esto sugiere que SBF era plenamente consciente de las vulnerabilidades de FTX que podrían poner en peligro la estabilidad financiera del exchange, a pesar de su afirmación pública en noviembre de 2022 de que "FTX marcha bien. Los activos están bien".
La declaración también sugería que SBF podría haber tenido conocimiento de los riesgos financieros que implicaban las actividades de Alameda dentro de FTX.
Un reino de falsedades
Gary Wang proporcionó probablemente algunos de los testimonios más contundentes. Dijo que SBF le había dicho que cambiara una parte vital del código de FTX, lo que permitió a Alameda obtener una asombrosa línea de crédito de 65.000 millones de dólares sobre FTX. Esta línea de crédito no se parecía a ninguna otra: ningún otro cliente disponía de una línea de crédito superior a 1.000 millones de dólares. Este cambio en el código permitió a Alameda tener un balance de cuenta negativo y, básicamente, pedir dinero prestado a sus desprevenidos clientes. Esta revelación fue un testimonio de las intrincadas maniobras que se desarrollaron detrás de escena, en las que participaron no solo SBF, sino también otros altos ejecutivos de FTX y Alameda.
Wang también reveló el funcionamiento interno de la supuesta red de seguridad de FTX: su fondo de seguros de respaldo. Este fondo se diseñó para cubrir las pérdidas cuando era necesario liquidar la posición de un cliente. Sin embargo, el testimonio de Wang pintó un panorama sombrío. Reveló que el valor del fondo de respaldo que figuraba en el sitio web de FTX era, de hecho, una farsa, que proporcionaba una falsa sensación de seguridad a clientes e inversores. La revelación agregó otra capa a la ya complicada red de acusaciones que rodean a FTX.
Wang llegó a contradecir las favorables declaraciones de SBF. Afirmó sin titubeos que "FTX no estaba bien, y los activos no estaban bien".
Secretos, escándalos y tramas a puerta cerrada
El testimonio de Caroline Ellison fue nada menos que una apasionante exposición del mundo de intrigas y decepciones que giraba en torno a SBF y su imperio financiero.
Demasiada creatividad en contabilidad
Uno de los aspectos más sorprendentes del testimonio de Ellison fue su relato de las creativas tácticas contables que se habían empleado para engañar tanto a los inversores de Alameda como a los usuarios de FTX. Ellison reveló que había recurrido a la manipulación de los balances y al uso de un lenguaje impreciso para encubrir la arriesgada situación financiera de Alameda y las enormes sumas que ésta había desviado de FTX. Sorprendentemente, en mayo de 2022 Alameda había retirado de forma encubierta más de 10.000 millones de dólares de los bolsillos de los desprevenidos clientes de FTX. Cuando se les preguntó por qué estos retiros ilícitos se etiquetaron como "préstamos de FTX", Ellison señaló sin pestañear a SBF como el cerebro detrás de este juego de trampas financieras. Admitió que se limitaba a seguir órdenes de SBF, que le había dado instrucciones explícitas de evitar etiquetarlo explícitamente como "fondos de clientes de FTX".
Estas prácticas contables creativas fueron probablemente la razón por la que Alameda tuvo tantas dificultades para conseguir una auditoría. A pesar de varios intentos de contratar contadores a lo largo de los años, habían encontrado resistencia, con auditores que se negaban a revisar los libros de Alameda. Para que una entidad de esa magnitud registre todas sus dudosas transacciones financieras en hojas de cálculo de Google, no es de extrañar que ningún auditor estuviera dispuesto a aceptar el trabajo.
Operaciones globales que salieron mal
El testimonio de Ellison dio un giro aún más oscuro cuando describió los espeluznantes detalles de las "extensas operaciones globales" de FTX, donde el engaño y las tácticas sin escrúpulos parecían no tener límites, tanto geográficos como éticos.
Según Ellison, Alameda, bajo las instrucciones de SBF, había ideado muchos planes cuestionables en un intento de liberar capital que había sido bloqueado en una investigación de lavado de dinero en China. Entre las numerosas estrategias fallidas, detalló un plan inusual que consistía en pagar a prostitutas tailandesas para que abrieran cuentas en determinados exchanges, estableciendo operaciones a través de estas cuentas con la intención de agotar los fondos de Alameda en China y transferir el valor a las cuentas de estas personas, de quienes Alameda podría recuperarlos posteriormente. Cuando todo fracasó, SBF incluso intentó sobornar a funcionarios chinos "por valor de unos 100 millones de dólares" para que liberaran el capital bloqueado.
Además, se reveló que FTX consideró recaudar capital de nada menos que el príncipe y primer ministro saudí Mohammed bin Salman en junio de 2022, cuando Alameda estaba en aguas profundas. La simple idea de una alianza financiera de este tipo dejaba entrever la magnitud de las operaciones de FTX y su impacto en las finanzas internacionales.
Una cultura del engaño moldeada por su líder
La antigua CEO de Alameda relató cómo SBF había normalizado una cultura del engaño dentro de la organización, ya que había declarado explícitamente que mentir y robar dinero estaban permitidos en su visión del mundo. Con el tiempo, esta actitud permisiva hacia el engaño se había convertido en parte integral del entorno en el que trabajaba.
Como el engaño no podía funcionar a la luz, Ellison habló de cómo SBF cultivó una cultura de secretismo entre los altos cargos de la organización. Esto implicaba el uso de aplicaciones de mensajería encriptada como Signal, con mensajes que se borran en una semana y una preferencia por las reuniones en persona. Los ejecutivos también emplearon un lenguaje codificado, como referirse a "nuestro amigo coreano", que supuestamente aludía a un "backdoor" utilizado para desviar fondos de FTX a Alameda. SBF había argumentado que este comportamiento reservado había sido recomendado por el abogado contratado por FTX.
El testimonio de Ellison también sacó a la luz su infame lista de "Cosas que asustan a Sam", un documento de Google que actualizaba regularmente. Este documento proporcionó una ventana a las crecientes ansiedades de SBF, que incluían preocupaciones sobre la cobertura de "mala prensa" y un plan para conseguir que los reguladores tomaran represalias contra Binance, su rival. Este plan se basaba en la creencia de que FTX podría absorber a los clientes de Binance, con lo que solucionaría su propio asombroso déficit de 8.000 millones de dólares. La lista servía como registro tangible de las presiones y manipulaciones que se producían detrás de escena.
El testimonio de Caroline Ellison fue un relato de manipulación y engaño que abarcó tanto a Alameda como a FTX. Sus revelaciones situaron a SBF en el centro de la presunta mala conducta financiera y pintaron un cuadro vívido del mundo que había creado dentro de su castillo de naipes.
400 millones de dólares robados durante el juicio
Durante las dos primeras semanas del juicio, los más de 400 millones de dólares que se habían sustraído a FTX el día de la quiebra empezaron a moverse de nuevo. Según Elliptic, el proveedor de análisis de la blockchain, los responsables del lavado de dinero podrían tener conexiones y antecedentes relacionados con el cibercrimen. Como muchos otros hackers de criptomonedas, canalizaron el dinero robado a través de servicios de "mezcla" de criptomonedas para ocultar su rastro. Sorprendentemente, parte de los fondos se blanqueaban a través de un servicio propiedad de FTX, lo que agregaba una capa de complejidad a la operación.
Conclusiones
El testimonio de los que una vez fueron estrechos aliados de SBF levantó una nube de sospechas en torno a él, presentándolo como el cerebro de las supuestas irregularidades. La atención se centró en estas personas que, no hace mucho, eran consideradas inteligentes, privilegiadas y llenas de potencial. Ahora, parecían estar pintando una imagen de sí mismos como individuos que simplemente actuaban según las indicaciones de SBF, como si no fueran adultos de pleno derecho con su propia agencia y capacidad para discernir el bien del mal.
Su testimonio reveló un sorprendente nivel de conformidad con SBF, lo que sugiere una falta de autonomía o incluso de juicio moral en sus acciones. Siempre se culpa a SBF, como si su influencia fuera tan abrumadora que no pudieran resistirse a sus órdenes. Esta narrativa plantea interrogantes sobre la medida en que la responsabilidad personal y la rendición de cuentas deben influir en el desarrollo del drama jurídico.
Como se espera que el juicio continúe hasta noviembre, es evidente que la narrativa está lejos de terminar, y que aún pueden estar esperando más revelaciones sorprendentes. Varios otros ejecutivos de alto rango dentro de FTX y Alameda, incluyendo a Ryan Salame y a Sam Trabucco, están en la lista de posibles testigos.
Fuente: Cointelegraph
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